Técnicas LASH y NARLF (cicatrización cutánea asistida por láser), para evitar cicatrices
La aplicación de Láser antes, durante y después de una herida quirúrgica para evitar cicatrices estimula los mecanismos de reparación de la piel por efecto térmico, condicionando la calidad de la cicatrización se está mostrando un buen avance para evitar la cicatriz después de una intervención.
Las cicatrices se producen en miles de pacientes cada año. El tejido cicatricial puede generar dolor y picor, junto con problemas funcionales y cosméticos que mermen la calidad de vida del paciente. El ejemplo principal de dichos trastornos es el queloide.
Las cicatrices tras un procedimiento quirúrgico son habituales en un buen número de personas. La forma en que cicatriza cada individuo varía y también el resultado. Hasta no hace mucho, había pocas opciones para evitar que el paso por quirófano dejase una huella de por vida en la piel del paciente. Sin embargo, la mejora en las técnicas de dermatología estética está permitiendo que tras una herida se minimice su rastro en la piel.
El láser puede generar una mejora de la cicatrización ya que puede regular los mecanismos de reparación de la piel por el efecto térmico. Al generar la activación de diferentes tipos de citoquinas, incluidas las proteínas del estrés (heat shock protein), modificar los factores beta de crecimiento y de las metaloproteinasas, el láser modula el proceso inflamatorio y cicatrización.
Por este motivo, desde hace algunos años, se está utilizando la aplicación del láser en las cicatrices quirúrgicas formadas hace tiempo para intentar reducir su impacto. Esta tecnología ha permitido una mejora considerable sobre los procedimientos que existían previamente y que consistían en optimizar las técnicas quirúrgicas, comprimir la zona intervenida o vendar la herida.
Aunque existen numerosos estudios que muestran su eficacia en la regulación del proceso de cicatrización, no existe un consenso sobre cómo estandarizar este tratamiento: cuándo aplicar el láser y qué tipo de láseres combinar.
Para intentar establecer un protocolo idóneo, dermatólogos de Alemania y Dinamarca han llevado a cabo un ensayo controlado y aleatorio con 32 pacientes y cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista British Journal of Dermatology (BJD).
El uso precoz de los láseres fraccionados, en combinación con los vasculares, están cambiando el enfoque del tratamiento de las cicatrices a favor de una actuación temprana en vez de esperar pasivamente a que finalice el proceso de cicatrización como se hacía antiguamente, cada vez son más los profesionales del sector que observan mejores resultados cuando se aplica precozmente.