Elaboramos un decálogo con la ayuda de expertos en cosmética sobre las equivocaciones más comunes cometidas en el cuidado facial diario.
- Limpiar, tonificar e hidratarson los tres pasos necesarios para luchar contra el envejecimiento de la piel. Parecen sencillos pero, a la hora de mantener una rutina de belleza, ¿lo tenemos claro? ZEN ha consultado a varios profesionales del sector y la conclusión es un rotundo “no”. Desde invertir el orden del tratamiento a “pasarse” con la cantidad de producto. Y así hasta una decena de fallos muy comunes que cometemos a diario. Los repasamos para intentar no repetirlos nunca más.
- No desmaquillarse:“Malísimo”, “un pecado”, “el peor favor que podemos hacerle a nuestra piel” y “un crimen”. Así describen expertas del mundo de la belleza eso de meterse en la cama sin desmaquillar porque nos puede la pereza o pensamos que por una noche no pasa nada. Sin embargo, este punto que apenas lleva unos minutos es clave porque el proceso de regeneración de la piel ocurre mientras dormimos. Si no lo hacemos, “taponamos los poros” y, al día siguiente, el rostro “ha perdido luminosidad, tiene mal aspecto y más imperfecciones”, explica Esther Montoro, maquilladora de Make Up For Ever. Además, se mancha la almohada. Todo son desventajas.
- Limpieza incorrecta:Muchas veces creemos que por no llevar maquillaje en la piel está limpia. Sin embargo, el rostro también se ensucia por la contaminación urbana, que genera sebo. Según Inma Jiménez del Álamo, de Douglas, necesitamos, al menos, un doble lavado facial: “Si es posible, primero con un jabón en crema y, después, un jabón de textura gel o espuma”.
- Productos inadecuados:Qué mujer no se ha levantado alguna vez con la zona de la ojera más oscura de lo normal. Un efecto similar a no dormir por retirar de forma incorrecta la máscara de pestañas. En ocasiones, frotamos en exceso con toallitas húmedas y las debilitamos. “Si no se hace bien, corremos el riesgo de caída”, afirma Marta Sotillo, directora de belleza de la revista YO DONA. Nuestra gran asignatura pendiente son los ojos. Los productos waterproof -resistentes al agua- requieren limpiadores bifásicos que combinan texturas en agua y aceite, favoreciendo su disolución. “Es mejor posar el algodón impregnado sobre el párpado y realizar leves movimientos circulares. Requiere paciencia, pero es la mejor manera de hacerlo”. Los desmaquillantes dependen del gusto de la consumidora y el tipo de piel. Sotillo habla de su caso: “Las texturas en aceite y las aguas micelares me parecen las más gustosas porque no deshidratan”.
- Saltarse el tónico:Aunque la limpieza es lo más importante porque condiciona el resto del tratamiento, a continuación, se debe utilizar un tónico siempre. Tendemos a pensar que no es necesario pero ayuda a equilibrar el PH de la piel, alterado al desmaquillarse. “Basta con poner un poco en un algodón y comprobar que está completamente limpia”.
- Desorden en la aplicación:El orden de los factores sí altera el producto en cosmética. A menudo se confunde la utilidad de cada uno. El sérum no sustituye a la crema hidratante en ningún caso. Para obtener unos resultados óptimos es necesario aplicarla después. “Cambiar este orden de aplicación puede hacer que el tratamiento no sea tan efectivo”, asegura Myriam Artiles, maquilladora y formadora Nacional de NARS. También complementa a la crema porque “potencia su efecto” y hace que “penetre mejor”.
- Exceso de crema:Se cree que por emplear más cantidad de producto la hidratación va a ser mayor. “La piel no necesita más que el tamaño de una almendra pequeña”, dice la maquilladora de Douglas. “Si utilizamos demasiada crema, el maquillaje no se asentará”, añade la experta en cejas de Benefit Sheila Malo.
- Aplicación “a lo bruto”:Erramos también al echarnos la crema sin mimo y cuidado. Hay que repartirla con delicadeza y sin arrastrar. “La forma correcta es colocarla en cinco puntos clave: frente, nariz, mejillas, barbilla y escote [el gran olvidado en la rutina de belleza]. Masajear suavemente hasta su completa absorción, siempre hacia arriba para fomentar el efecto lifting”, recomienda Jiménez del Álamo. “Creo que la mayor equivocación es sentir que la piel se queda a medias y no volver a reaplicar hidratante”, completa Artiles.
- Contorno de ojos, ¿dónde?Es la zona más sensible y, por tanto, la que necesita mayor atención y cuidados. Por ello, no hay que presionar ni arrastrar. La piel se encarga de repartir la crema a los puntos menos hidratados, de ahí que tampoco debamos aplicar producto fuera del contorno de los ojos. “La crema no se sube hasta la línea de las pestañas y menos sobre el párpado móvil”, coinciden las maquilladoras. “Hay que realizar un tecleado de dedos que ayude a absorberla mejor y activar el tejido”, cuenta Arantxa Corcho, de Sephora Velázquez.
- Ignorar la necesidad:No es lo mismo una piel seca que una mixta o grasa y el tratamiento de día que el de noche. La maquilladora profesional María Puente lo aclara: “Las cremas cumplen funciones específicas y por la noche tienen que ser nutritivas. De día, si ponemos en una piel seca un fluido oil free, por ejemplo, puede no aportar la hidratación necesaria y, al contrario, aportar brillos”. Tampoco vale con realizar el ritual una vez. “Insisto en que la noche es clave por la regeneración celular”.
- Solares sólo en verano:Pensar que estar más morena es sinónimo de belleza es otro desacierto para Paloma Cornejo, doctora del Instituto Médico Láser y experta de Olay: “Generaciones anteriores a la actual han sufrido los estragos del sol por la moda de estar bronceadas a toda costa, sin ningún tipo de protección. Ahora tienen la piel tan envejecida que parecen más mayores”. Si queremos “estar guapas toda la vida” debemos usar protección solar a diario “y en cualquier momento del año”, aconseja. O bien antes de la base o en tratamientos que ya lo lleven incorporado.
Fuente: http://goo.gl/fSQQBO