El alzhéimer puede ser contagioso – URGE REVISAR LOS PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS
El alzhéimer puede ser contagioso (y hay pacientes que lo adquirieron siendo niños)
Investigadores británicos muestran la primera evidencia de que la enfermedad puede ser transmisible entre seres humanos. Y podría contagiarse en algunos procedimientos quirúrgicos.
Hasta 1985, 30.000 pacientes de todo el mundo –en su mayoría niños con problemas de desarrollo– fueron tratados con hormonas de crecimiento extraídas de las glándulas pituitarias de cadáveres humanos. Esta cura fue abandonada inmediatamente después de que se descubriera que algunos de los niños habían desarrollado la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (CJD), una patología neurodegenerativa letal. Dependiendo del país, hasta un 6,3% de los niños acabaron sufriendo la enfermedad, tras un periodo de incubación de entre 5 y 40 años.
Los pacientes habían contraído la enfermedad a través de los extractos de la glándula pituitaria, de los que se obtenía la hormona del crecimiento, que estaban contaminados con priones, la proteína responsable del desarrollo de la patología. Por primera vez se demostró que una enfermedad neurodegenerativa podía ser transmisible entre seres humanos, algo que hasta la fecha se había descartado.
Desde entonces numerosos científicos han especulado con la posibilidad de que algo parecido pudiera ocurrir con otras patologías como el alzhéimer. Una discusión que está a punto de zanjarse. Un grupo de investigadores británicos ha encontrado evidencias de que ha ocurrido: en los mismos pacientes que, de niños, fueron tratados con la dichosa hormona de crecimiento. Y esto genera incógnitas sobre la posibilidad de que esta y otras patologías neurodegenerativas puedan ser adquiridas por contaminación en diversos procedimientos médicos.
En un impactante estudio publicado en Nature, el doctor John Collinge, investigador del University College London, y sus colegas, exponen los resultados de la autopsia realizada a ocho pacientes británicos, de entre 36 y 51 años, que murieron en manos del CJD tras ser tratados con la hormona de crecimiento procedente de cadáveres. Los cerebros de los ochos sujetos contenían, como era de esperar, los depósitos de priones característicos de la CJD, pero, además, seis de los cadáveres tenían una patología beta-amiloide (cuatro de ellos en estado avanzado) y cuatro de ellos una angiopatía amiloide cerebral: dos de los principales indicadores de la enfermedad de Alzheimer.
“Lo que hemos encontrado sólo puede verse en ancianos, a no ser que tengas una predisposición genética que estos pacientes no tenían”, ha explicado Collinge en una teleconferencia en la que ha participado El Confidencial. “Es un hallazgo muy inusual. No esperábamos ver una deposición de beta-amiloides en este grupo de edad”.
Su grupo trató entonces de descartar todas las posibles causas. ¿Podría esto pasar sólo por tener CJD? “Hemos examinado a enfermos de CJD, del mismo grupo de edad, y no tienen este problema. Sí hemos visto deposición de beta-amiloides en pacientes de más de 60 años, en porcentajes similares a la de la población general, pero no en pacientes de esta edad”, ha explicado el investigador.
Una de las posibilidades es que, quizás, los priones característicos del CJD hubieran causado la formación de otros depósitos anormales de proteínas (como los beta-amiloides). “Pero si miramos bien no hay ninguna coincidencia en las patologías”, ha asegurado Collinge. “Están en partes diferentes del cerebro, así que no parecen relacionados”.
“Dado que hemos buscado todas las explicaciones posibles para la aparición de esta concentración patológica de beta-amiloides y no la hemos encontrado, la explicación más plausible es que, cuando fueron tratados estos niños, además de haber sido contaminados con los priones que causaron el CJD, también se les contagiaron las ‘semillas’ de beta-amiloides [beta-amiloides mal plegados]. No sabemos si estos pacientes habrían padecido alzhéimer, pues murieron debido al CJD antes de que tuvieran tiempo para que la enfermedad se desarrollara. Ahora bien, tenían características completas propias del alzhéimer –deposición de beta-amiloides y angiopatía– a una edad mucho más temprana”.
Tu abuela no te contagiará, pero tu cirujano…
Dado lo impactante del hallazgo, pues demuestra casi con total seguridad que el alzhéimer puede ser transmisible entre seres humanos, Collinge ha querido dejar claro que no se debe alarmar a la población. “Es importante que entendamos que esto se refiere a una situación muy especial en la que a la gente se le inyectó extractos de tejido humano”, ha aclarado. “De ninguna manera se puede decir que se pueda contraer el alzhéimer viviendo con una persona que tenga la enfermedad”.
El problema, claro está, reside en descartar que la enfermedad no se esté inoculando en otros tratamientos médicos. Como ha explicado Collinge en la teleconferencia, cuando se opera a alguien con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, que ya se sabía contagiosa, el instrumental se pone en cuarentena y se destruye, pues descontaminarlo es muy difícil. Pero estas medidas tan drásticas no siempre se toman cuando se opera a un enfermo con alzhéimer.
Ahora sabemos que las “semillas” de beta-amiloide pueden crecer en el cerebro como los priones propios del CJD y pueden transmitirse si el instrumental médico está contaminado (algo que ya se demostró en modelos animales), por lo que Collinge urge a investigar en qué procedimientos quirúrgicos se podrían estar dando casos de contagio.
¿Miedo a pasar por quirófano? A día de hoy sabemos que sólo el 1% de los casos de enfermedades priónicas son ocasionadas por accidentes médicos, principalmente por contaminación del instrumental quirúrgico o transfusiones de sangre (de las que aún no hay evidencia sobre la posibilidad de que puedan portar también beta-amiloides), por lo que de contagiarse el alzhéimer los casos deberían ser muy raros. Es por ello que Collinge llama a la calma: “No quiero causar ninguna alama y nadie debería retrasar o rechazar una operación por esto. No tenemos evidencias de que haya un riesgo claro, pero sí creemos que hay que hacer más investigaciones sobre el asunto”.
En busca del resto de pacientes
Si bien la publicación de este estudio puede preocupar a muchas personas, el impacto no es comparable al que se va a llevar los 30.000 pacientes que de niños fueron tratados con hormonas de crecimiento procedentes de cadáveres que, a la vista está, podrían haber desarrollado la enfermedad de Alzheimer (posiblemente, aunque esto aún se desconoce, con independencia de padecer CJD).
En España se calcula que fueron tratados con la hormona unos 500 niños. Como ha explicado Collinge, en Reino Unido, único país del que tiene cifras, de los 1.800 pacientes que recibieron esta medicación, 1.500 deberían seguir con vida. Pero se desconoce quiénes son exactamente. “Estos pacientes no han sido todavía informados, no sabemos ni dónde están”, reconoce el doctor. “Hemos informado al Departamento de Salud. No hay una base de datos completa así que, desafortunadamente, muchos de esos individuos se enterarán de esto en los medios de comunicación. Los hospitales están preparados para recibir las llamadas de estas personas y nos gustaría hacer escáneres para ver si hay deposiciones de betamilioides, angiopatías y demás”. En definitiva, para confirmar si, como sospechan, se les pudo contagiar el alzhéimer cuando eran sólo unos niños.
Fuente: http://goo.gl/zc7nn9
Leer Más: http://www.nature.com/news/autopsies-reveal-signs-of-alzheimer-s-in-growth-hormone-patients-1.18331